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Presupuesto General de la Nación: ¿ejecutar todo o ejecutar bien?

Según la Contraloría, el porcentaje de ejecución en inversión con corte a marzo de 2024 fue de solo 9,1 %. En este análisis, el Observatorio Fiscal de la Javeriana explica por qué la ejecución no debe ser un indicador del desempeño de las entidades.

Oliver Pardo *
03 de mayo de 2024 - 05:57 p. m.
Foto de referencias. / Archivo
Foto de referencias. / Archivo
Foto: Archivo

A propósito del informe de ejecución que reveló la Contraloría General de la República, en el que se encontró que para el primer trimestre del año el porcentaje de ejecución apenas alcanza el 9,1 %, vale la pena poner a consideración de la ciudadanía un enfoque diferente en el análisis del estado de ejecución en el gasto de inversión del país y en los sectores que lo componen.

Durante años, se ha acostumbrado a que el indicador de desempeño por excelencia sea el porcentaje de ejecución del presupuesto asignado a las entidades del orden nacional. A los ciudadanos nos interesan los resultados y estos, por supuesto, requieren de recursos públicos, pero el hecho de que esos recursos sean ejecutados en su totalidad o en un alto porcentaje no necesariamente significa que estén bien ejecutados o que los programas sean exitosos.

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Desde el Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana, vemos con gran preocupación que el país ha comenzado a acostumbrarse a mirar la ejecución como indicador de desempeño de las entidades, lo cual puede ser un grave error, ya que hay muchas entidades que pueden tener niveles altos de ejecución y, sin embargo, obtener resultados de desempeño muy pobres. Aquí surge la pregunta: ¿qué nos interesa? ¿que se gasten todos los recursos o que se gasten bien?

Claramente, parte de la problemática viene de la falta de indicadores de desempeño alternativos que nos puedan ayudar a determinar si una entidad lo está haciendo bien o mal. Dado que, hasta el momento, no existen esos indicadores alternativos y nos acostumbramos a utilizar el indicador de ejecución. Con esto, es más fácil presionar a las entidades para que ejecuten sin considerar otras formas de sostenibilidad y eficiencia del gasto.

Cabe resaltar que una baja ejecución no es algo positivo, ya que es necesario construir escuelas, colegios, carreteras, entre otros tipos de gasto. Sin embargo, este tema tiene dos caras, pues por un lado las entidades deben procurar cumplir con sus responsabilidades, pero por otro lado debería haber una mayor eficiencia en el gasto, lo cual de paso ayuda con la sostenibilidad fiscal. De esta manera, se lograría que se cumplan los compromisos del país y que sus gastos no excedan sus ingresos.

El gasto público en el país ha crecido de manera sostenida y significativa durante los últimos años. En este contexto, el país no se enfrenta hoy en día con un problema de insuficiencia de recursos sino de cómo gastar mejor. Para tal efecto, es necesario avanzar en la construcción de presupuestos basados en resultados (PbR).

Los PbR permiten mejorar la eficiencia del gasto, incrementan los niveles de transparencia y promueven una adecuada rendición de cuentas. Esta técnica presupuestal orienta el gasto público a la consecución de resultados que la ciudadanía espera obtener, en lugar de simplemente direccionarlo a un nivel determinado de bienes o servicios públicos proveídos (como ocurre actualmente cuando miramos solo la ejecución).

Desde finales del siglo pasado, distintos países desarrollados como Francia y Nueva Zelanda e incluso países de la región como Chile y México han modernizado sus sistemas presupuestales para implementar el PbR. En Colombia se han dado pasos en esta dirección con la formulación del Conpes 4008 sobre la gestión de la información financiera pública y la plataforma SINERGIA para hacer seguimiento y evaluación a la implementación del Plan Nacional de Desarrollo (PND). Sin embargo, ante la falta de información sobre el impacto del gasto público, la ejecución presupuestal sigue siendo la única medida con la que evaluamos la gestión de los gobiernos.

Es importante que los organismos de control, como la Contraloría, e incluso organizaciones de la sociedad civil y la ciudadanía en general, nos replanteemos y evaluemos si un indicador de ejecución puede realmente mostrar qué tan buena o qué tan mala fue la gestión de una entidad o del Estado en su totalidad.

Por otro lado, también es importante no solo ver la ejecución como un porcentaje positivo o negativo, sino que en el análisis también se integre el horizonte de tiempo. Necesitamos horizontes de tiempo más largos para determinar si las entidades están cumpliendo adecuadamente su labor o no. Por ello, es necesario construir presupuestos plurianuales, ya que muchas de estas inversiones generan resultados a largo plazo, no solo a corto plazo.

Desde el Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana, hacemos una invitación a todas las entidades del Gobierno nacional, a organizaciones de la sociedad civil, sector privado y a la ciudadanía en general para que como país intentemos construir esos indicadores alternativos. Realizar una retrospectiva histórica de esos indicadores y compararlos con los montos asignados permitirá que cada entidad responda por lo que le corresponde, en términos de defensa, salud, igualdad, entre otros indicadores. Esta es una mejor manera de evaluar el uso de los recursos públicos.

*director del Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana

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Por Oliver Pardo *

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