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El dólar cerró su cotización del viernes al alza, al registrar $3.913,10. Esto se traduce en $10 más frente al cierre del jueves, así como una variación del 0,25 %.
La Tasa Representativa del Mercado (TRM) permanece en 3,898.62.
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Los movimientos del dólar parecen responder, de momento, al compás que ha marcado la Reserva Federal (Fed) en los últimos meses.
Esto, porque sobre la junta directiva de este banco central recae la responsabilidad de decidir sobre las tasas de interés en Estados Unidos. Hay que recordar que esta ha decidido mantenerlas altas, en medio de la inflación que también continúa en niveles elevados (aunque con una tendencia de disminución).
Sin embargo, la reducción de la carestía no ha sido como la quisiera la Fed, por lo que la junta directiva continúa con su apuesta de encarecer el crédito para reducir la demanda y, así, presionar la reducción de los precios.
Esto tiene sus ecos en países como Colombia, pues desestimula las inversiones, es decir, la inyección de billetes verdes en el territorio nacional. En suma, menos dólares en circulación se traduce en una divisa más cara.
No obstante, lo que hemos visto en los últimos meses es un comportamiento estable del dólar, fluctuando entre los $3.800 y los $3.900, después de haber superado la barrera de los $4.000 en los tiempos más agresivos de la inflación.
Muchos analistas están a la espera de que la Fed baje sus tasas de interés (cosa que no se ve muy probable en el corto plazo), ya que esto estimularía una reducción del precio de la divisa.
Sin embargo, también hay que tener en cuenta que hay otras variables que están presionando el precio del dólar. Un ejemplo de esto es el conflicto en Medio Oriente que, si llega a escalar, aumentaría el apetito por el billete verde como activo refugio.
También están las reformas y movimientos estatales internos en Colombia, que podrían incentivar las inversiones o alejarlas. De nuevo, si se quiere un dólar barato lo conveniente es estimular la llegada de dólares a la nación vía inversión y ventas externas.
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